Un día soñé que estaba en mi casa y necesitaba escapar por alguna razón desconocida, era de noche y cuando estaba en la puerta, a segundos de irme sentí la presencia de una sombra, la que observé de reojo y parecía ser un niño.
No le tomé importancia hasta que asomó en su tenebrosa sombra una metralleta en la que yo era su próximo blanco.
No sé, como saque la energía suficiente, sólo tengo el vivo recuerdo de cuando alcé los brazos, al mismo tiempo impulsándolos hacia arriba y abajo, tomó trabajo elevarme, pero cuando tenía el ritmo se volvió simple volar, miraba toda la ciudad desde tan alto y tan rápido.
Sentí miedo ya que cuando volaba sentía el ruido de los balazos intentando atravesarme.
Luego de escapar volví con mis pies a la tierra y me ocultaba
tras unos estantes largos e infinitos.
Al intentar entrar en uno de los compartimentos me perdí
en la oscuridad, y sentí un aliento helado y el sonido palpitante
de alguien próximo a mí...
... mi sombra y mi corazón latiendo tan fuerte como si fueran otras personas.
Tengo la necesidad de seguir escapando,y espero lograr pasar inadvertida. Necesito ver rostros, expresiones y adivinar que sucede con las mentes de cada cual. Estoy sedienta del saber mas allá de las cosas, necesito sentirme en lo alto, el afán de la indestructibilidad.
No logro ver mi rostro con claridad no puedo distinguir entre la fantasía o realidad, no sé donde estoy, o si ese cuerpo o cara representa mi ser.
Estoy desde arriba observándome y a veces soy parte de la historia y actúo en ella.
Logro ver diferentes perspectivas de acuerdo a la intensidad de las acciones.
Estoy soñando... o no lo estoy. ¿ Es esto realidad ? ¿ o es fantasía ?.
Como me controlo, como logro despertar o realmente saber si es esto lo que me esta pasando, si esta realmente es la vida que llevo.
Salto o no salto, lo digo o me quedo en el silencio, si es realidad respetaré determinadas conductas, pero en los sueños no hay reglas y me puedo permitir lo que yo quiera sin importar nada, ni nadie.
Tomo el riesgo o no... salto o no salto, intento volar o no lo hago, ser libre o dejarlo.
Comienzo a observar el entorno, cada detalle o señal que me haga descubrir que esta pasando, ya que el temor me supera para tomar la gran desición.
Tengo confianza, me lleno de valor, me arriesgo ... lo haré, se que puedo hacerlo.
Y comencé a volar, lo más rápido que pude, saltaba entre casas observando la vida
de mis vecinos, gente desconocida y ya quería ser parte de sus vidas también, quería dar consejos, quería sentarme en un living desconocido y encontrar todas las soluciones posibles para hacer un mundo mejor.
Hasta que llegué al mío y lo encontré vacío, y es que yo hacía falta en él, y en cada puerta cerrada en las demás habitaciones esperaban desesperados a ser notados alguna vez.
Y desperté con un grito como cada mañana...
Deseaba despertar con furia porque necesitaba más información, más pistas de mi sueño para descubrir de mejor forma la búsqueda de quien soy yo... que es lo que busco en la vida y que es lo que más necesito por sobre todo para ser feliz.
Pero no logré que ese grito pudiera perturbarme, porque descubrí una parte, y es que necesitaba hablar,
necesitaba comunicarme, era un grito de desesperación, de ayuda...
tenía que valorarlo, antes de que fuera demasiado tarde...